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Leer en verano, momentos personalizados

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Leer en verano, una gran oportunidad para fomentar el hábito de la lectura con cuentos personalizados, especialmente para los más pequeños.

Siempre me acuerdo de la frase de Francesco Tonucci que decía en una charla de reflexiones sobre el juego infantil que “un juguete bueno es aquel que sin ser nada concreto puede ser todo”. Y el libro tiene algo de eso: un objeto con una forma aparentemente parecida siempre (cuadrado o rectangular) que esconde en él mundos infinitos: hoy galopamos por la montaña prohibida, mañana por el desierto de los bárbaros.

Psst, psst, tenemos un regalo para ti

El único límite es la imaginación de la persona que interactúa con él. Por eso es tan poderoso, porque detrás de su inofensiva forma lo puede ser todo, como inventar cuentos personalizados. Y en esta feroz era digital donde los vídeos, las redes sociales, los videojuegos nos entregan toda la información masticada arrinconando nuestro poder imaginativo el libro se está volviendo un héroe. ¡El héroe que rescatará nuestras neuronas de la pereza más absoluta y sobre todo la de nuestros hijos, sobrinos, nietos!

Que el niño o la niña elija que leer en vacaciones

El verano es un gran momento para fomentar un espacio de lectura especialmente con los más pequeños. Por un lado para que se conecten a mundos desconocidos desde donde estén a través de su imaginación y por otro lado para no perder las habilidades de lectura adquiridas. Richard Allington y sus colegas de la Universidad de Tennessee (EE. UU.) en un artículo publicado en la Reading Psychology aseguran que si dejamos de leer libros durante las vacaciones, especialmente en la infancia, supondría un retroceso de dos o tres meses en el dominio del lenguaje y la capacidad lectora. Esto es especialmente llamativo cuando sabemos que la comprensión lectora es la base del aprendizaje de cualquier niño o niña.

Después de este tipo de “amenazas”  como madres y padres dan ganas de salir corriendo a llevarle una tonelada de libros a los más pequeños, sin embargo ya sabemos que la lectura “forzada” no va a parar a ningún lado. Así que propongo hacer como la maravillosa Nancie Atwell (ganadora del Global Teacher Prize) hace con sus alumnos que leen 40 libros al año: que el niño o la niña elija los libros que quiera llevarse de vacaciones. Llévalo a la biblioteca o a la librería y que mire, huela, explore, juegue a ser el protagonista de las historias, descubra cuál será su próximo amigo porque ¿verdad que a ti no te eligieron los amigos?

Autora: Muriel Bourgeois

Ilustraciones de la imagen: Luciana Feito

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