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Alfombra sensorial casera para bebés

Alfombra sensorial casera para bebés


Para los peques de 0 a 3 años, la estimulación multisensorial es fundamental para su desarrollo cognitivo. En esas edades, el niño aprende gracias a la información que recibe a través de los cinco sentidos, interactuando con todo el entorno que le rodea, ya sea observando, probando, escuchando, oliendo o tocando.

Psst, psst, tenemos un regalo para ti

En anteriores ocasiones te hemos explicado cómo hacer un libro sensorial paso a paso o cómo llevar a cabo interesantes juegos heurísticos con niños y niñas. Hoy te vamos a presentar las alfombras sensoriales, un tipo de manta formada por diferentes elementos y texturas con la que los niños se lo pasarán genial y aprenderán mucho más de lo que crees.

Beneficios de una alfombra sensorial para bebés

La alfombra sensorial estimula el sistema nervioso de los niños y niñas de 0 a 3 años, formando una multitud de conexiones neuronales. De esta forma se desarrollarán funciones cognitivas que les ayudarán en el razonamiento y la solución de problemas simples

Entre los beneficios de jugar con alfombras sensoriales, podemos destacar el desarrollo de:

Materiales para hacer una alfombra sensorial casera

Para crear nuestra propia alfombra sensorial en casa podemos utilizar casi cualquier material que se pueda pegar de forma segura. Aun así, nosotros te recomendamos que uses:

Fuente: Educapark

Cómo hacer una alfombra sensorial para bebés paso a paso

Paso 1

En primer lugar hay que crear la base. Si son recuadros de goma o gomaespuma, podemos unirlos con cola blanca. Si son piezas de puzle puede bastarnos solo con unirlas sin cola, ya que así podemos hacer que la base sea más grande o más pequeña según nuestro interés. 

En caso de usar una base de tela, habrá que cortar aquella que queramos usar. También se pueden coser varias telas, aunque asegúrate de que no quede ningún hilo suelto. 

Paso 2

Pega con cola blanca los materiales que hayas elegido en la base. Te recomendamos que planifiques antes qué quieres poner en cada parte para que así todo te quede bien ordenado y con espacio entre material y material. 

Piensa que cuanto más tenga que moverse el peque para llegar a algo que le llama la atención, más usará su cerebro y su cuerpo para desplazarse. Por esa razón, las alfombras sensoriales suelen ser bastante grandes e, incluso, suelen utilizarla varios niños y niñas a la vez.

Paso 3

Asegúrate de que todo ha quedado bien pegado y que no hay nada que puedan meterse los más pequeños en la boca. Una vez hecha esta comprobación, ya se podrá jugar de la forma que más os guste.

Se puede jugar a tocar cada material por separado, aprender los colores, cruzar la alfombra descalzos o a cuatro patas, etc. ¡Toda una diversión muy beneficiosa para su desarrollo!

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