El aprendizaje del habla en bebés de 0 a 3 años es algo natural y cada niño lo hace a su propio ritmo. Aun así, los papis podemos estimular su lenguaje y ayudarles para que evolucionen correctamente en el camino que recorren desde emitir sonidos hasta balbucear sílabas y, muy pronto, a pronunciar palabras.
Los bebés empiezan a balbucear entre los 7 y los 9 meses, hasta que al llegar entre los 12 y los 15 meses ya son capaces de denominar algunas cosas por su nombre. Desde entonces, el niño va desarrollando el lenguaje, enriqueciendo su vocabulario y creando frases cada vez más largas, complejas y estructuradas.
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Durante este proceso, una de las actividades más divertidas y educativas que podemos hacer con los peques es realizar juegos que estimulen su habla. A continuación te proponemos algunos muy sencillos y efectivos.
Jugar y preguntar
Compartir tiempo con los niños y las niñas jugando con sus juguetes no solo es una actividad que refuerza el vínculo afectivo, sino que también representa la excusa perfecta para «hacerles hablar». Una de las preguntas que no puede faltar es el clásico «¿qué es?» para que intenten decirlo a su manera y, si se equivocan, papá o mamá está allí para corregirlos con mucho cariño.
Otra forma de incentivar su habla es mediante cuentos personalizados para niños de 0 a 3 años. En ellos serán los protagonistas de la historia, algo que llama mucho la atención a los peques, y descubrirán el fantástico mundo de la lectura de una forma especial. Además, tanto la trama como los dibujos permiten hacer muchas preguntas, incluso animando al niño para que señale cosas en el cuento.
¿Dónde está el juguete?
Incentivar el habla también supone trabajar su capacidad auditiva. En este juego, el adulto tiene que ocultar un juguete sonoro en algún lugar y ayudar al peque a encontrarlo. Cuando ya es un poco mayor, se le pueden dar pistas con las palabras «frío», si se encuentra lejos del juguete, o «caliente», cuando esté cerca de encontrarlo.
Con un bebé también se puede jugar a que papá o mamá se esconda y hacer que te busque. Para ello tendrás que llamarle y animarle a que venga hacia ti gateando o ya dando pequeños pasitos.
Imitar el sonido de las cosas
Aprender a poner nombre a los sonidos e imitarlos es un ejercicio muy bueno para estimular el lenguaje de los niños. Los sonidos más divertidos y fáciles de imitar son los de algunos animales, como la vaca, el perro, el gato o la gallina. También hay muchos otros sonidos que escuchan en su día a día que podemos animarles a que reproduzcan, como el claxon de un coche o el sonido de un despertador.
El siguiente vídeo propone realizar la actividad al revés, es decir, que los niños escuchen los sonidos y adivinen de qué se trata:
Aprender a soplar
Para los niños, soplar es un ejercicio muy útil para trabajar los músculos de la boca, que les ayudarán a articular bien las palabras. Una divertida actividad que les anima a soplar es poner varias bolitas de algodón en el suelo y realizar carreras soplándolas para ver cuál llega antes a la meta.
Si son un poco más grandes, y siempre bajo la supervisión de un adulto, también pueden hinchar globos.
Actividades con música
La música es una gran aliada para realizar actividades que estimulen el lenguaje de los bebés. Por un lado, podemos hacer juegos de falda muy beneficiosos, acompañados de movimientos repetitivos, o podemos bailar canciones con los peques de 2 o 3 años.
Por otro lado, podemos pensar en distintos instrumentos y simular que los tocas para que los niños se diviertan imitándote, intentando adivinar qué instrumento estás representando y haciendo los sonidos con la boca.
Sea cual sea la actividad que hagas con tu hijo o hija de 0 a 3 años, háblale, pregúntale y mantén conversaciones con él o ella. ¡No hay mejor forma de incentivar el habla que poniéndola en práctica!