Leer cuentos a los niños es un acto muy completo donde se dan múltiples situaciones favorecedoras. Al dedicarle un espacio exclusivo, le estás comunicando que es valioso y que no hay nada más importante que él.
Si eres madre o padre, estás a punto de serlo o simplemente te interesa el crecimiento feliz de los niños debes de estar sorprendido de lo importante que son los primeros años de vida del bebé y su interacción con el mundo para su porvenir.
Entre las distintas teorías, seguramente has escuchado sobre la importancia de un apego seguro para el crecimiento de cualquier bebé. Si esto no te suena, te cuento un poco. El apego, según la teoría, es ese vínculo afectivo que conecta al hijo con la madre, padre o cuidador primario, y que se va forjando en relación a las respuestas que se le da al niño ante sus necesidades físicas o emocionales en su crecimiento.
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Sí, sí, lo que has leído: todos esos momentos en los que has estado presente, has acudido para ayudar al peque ante su angustia, has inventado juegos nunca vistos o cantado canciones hasta la hora en la que ya han quitado las calles… ¡han sido fantásticos!. Cuando el apego se da de forma segura, se convierte en el pilar de lo que será el bebé mañana. Su desarrollo cognitivo, su equilibrio emocional y su capacidad para relacionarse con los demás se sostendrán gracias a esta relación inicial que tiene lugar en los primeros años de vida del niño.
Del cuento clásico al libro personalizado
Una de las actividades más milenarias y potenciadoras de un apego seguro con nuestros hijos es sin duda el momento de contarle un cuento. Cuando un padre o madre cuenta un cuento a su hijo es un momento único que el niño o niña recordará toda su vida. ¿Y eso por qué? Contar un cuento es un acto muy completo donde se dan múltiples situaciones favorecedoras. Por un lado contar un cuento es pasar un tiempo con el niño y sabemos que esto hoy en día, en la sociedad en la que vivimos, es sagrado. Al dedicarle un espacio exclusivo, le estás comunicando que es valioso y que no hay nada más importante que él. Esto fomentará la confianza en sí mismo.
Además al contar el cuento el niño o niña podrá escuchar la voz, los tonos, el gesto del padre o de la madre y así fortalecer su comunicación y desarrollo cognitivo. Por otro lado se genera contacto físico ya que la lectura de un cuento puede ser sosteniendo juntos un libro, contada en las rodillas del adulto, y hasta se pueden inventar juegos relacionados con la historia en la que por ejemplo, los personajes hacen cosquillas que el padre o madre hacen al niño. Esto transmite cariño y seguridad y ayuda al bebé a crecer seguro, sin miedos. Por último, Bruno Bettelheim habla de la identificación del niño con el héroe o protagonista y cómo sirve para superar las problemáticas existentes. A través de los cuentos y junto a la lectura acompañada del adulto, los niños van superando situaciones que tal vez les cueste en la vida real y van tomando confianza en ellos a través de la ficción para después poder superar los obstáculos en la vida real solos.
Sin duda, cuando lees un cuento con tu hijo o hija es uno de esos momentos en la vida en los que sientes que estás donde tienes que estar. Regalarle un libro personalizado, lo convertirá en el héroe de la historia.