Hay niños y niñas a los que les interesan los relojes desde muy temprano, mientras que a otros les van llamando la atención un poco más adelante. Lo cierto es que, antes o después, deberán entender las unidades de tiempo (segundos, minutos, horas…) y tendrán que aprender a leer las horas en un reloj, ya sea analógico o digital.
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Para hacer este aprendizaje mucho más divertido, hoy te proponemos algunos juegos que podéis llevar a cabo en casa con los peques. Antes, te damos algunos consejos sobre cuándo empezar y de qué manera hacerlo.
¿Cuándo empezar a aprender las horas con los niños?
Lo primero que debe quedar claro es que el aprendizaje de las horas, igual que muchos otros, depende de la madurez del niño o niña. Cada uno tiene su ritmo y sus inquietudes, así que igual que a uno pueden interesarle más los relojes y los números, otro puede sentirse más atraído por los cuentos, la música o el deporte. Hay que respetar lo que más les guste y nunca imponerles nada. Hacerlo sería contraproducente y ya tienen la escuela para «forzar un poco la máquina» y hacerles aprender de todo.
Por lo general, los niños y las niñas aprenden las horas a partir de que empiezan primaria (cuando tienen 5 o 6 años), ya que es cuando empiezan a entender lo que significa el tiempo y cómo se mide. A esa edad ya tienen nociones bastante claras sobre cuánto tiempo transcurre entre una hora y otra.
Una buena forma de saber si nuestro hijo o hija está preparado/a para aprender a leer la hora es comprobar que sabe contar hasta 60. Además, es importante que entienda que los números siguen un orden creciente, de manera que el 3 es más grande que el 2 y menor que el 4. De lo contrario no podrá comprender las horas, porque el tiempo es pura matemática.
Para empezar, lo mejor es escoger los relojes digitales, ya que son los más sencillos. El objetivo será comprender que el primer número que aparece corresponde a las horas y el segundo a los minutos. Deberás explicarle que el día está dividido en 24 horas, que cada hora tiene 60 minutos y cada minuto 60 segundos.
Juegos para aprender las horas
Un juego muy útil para entender el reloj de manecillas o analógico es crearlo juntos desde cero. Para ello se puede recortar una redonda en una cartulina y usar dos pajitas o lápices de distintos tamaños para representar las agujas del reloj. Se pueden dividir las horas en distintas secciones de colores, así como los minutos de 5 en 5. El juego consistirá en taparse los ojos, poner las dos manecillas al azar e intentar leer la hora marcada.
Otra idea muy original es crear un juego de hacer parejas y memorizar horas y relojes. Para ello hay que hacer dos tipos de tarjetas: unas con el reloj analógico dibujado y otras con la hora correspondiente escrita con letras o con la hora de un reloj digital. Primero se puede jugar a relacionar las unas con las otras y después, con todas las tarjetas del revés, se tendrá que jugar a hacer memoria.
En Internet también hay muchos juegos online para aprender las horas. En webs como la de Cokitos hay actividades con personajes muy originales, como Pacman, jirafas y monstruos que ayudan a los niños a leer el reloj de forma entretenida.
Por último, establecer rutinas es de gran ayuda a la hora de que comprendan la percepción del tiempo. Una hora del cuento puede ser muy productiva para que los niños ganen conciencia temporal. Para ello, podéis dividir la hora en cuatro partes y poner una alarma en cada una de ellas. El primer cuarto de hora puede servir para hablar sobre qué les apetece leer y elegir un cuento, el segundo para leerlo juntos, el tercero para que lo intente el peque solo y el último para comentar la historia.
Para realizar todas estas actividades y ayudar al peque a aprender las horas, lo mejor es tener un reloj bien visible para que el niño o la niña pueda consultar la hora cuando lo desee. Además de ser una actividad muy interesante para que se vaya acostumbrando a interpretar el reloj, también fomentará la lectura de cuentos justo en la edad en la que están empezando a leer. Cuentos personalizables como Yo leo los tres cerditos o El dragón de las estrellas y yo son ideales para que se identifiquen con los personajes y disfruten de sus primeras lecturas, ya sea en solitario o junto a su familia.
