Si hay algo que nos hace iguales a todos los seres humanos es la muerte. Puede llegar más tarde o más temprano, pero en algún momento de nuestras vidas deberemos aprender a lidiar con la ausencia de un ser querido o, simplemente, anhelaremos encontrar respuestas a las preguntas que la rodean. Los adultos disponemos de más herramientas para poder gestionar y superar los miedos y dudas que giran en torno de la muerte, pero para los peques puede ser un poco más difícil. En la niñez, surgen los primeros interrogantes sobre el tema —sobre todo al perder seres queridos— y lo más deseable es que sean las madres y padres quienes intenten responderlos de la mejor manera posible.
El segundo capítulo del podcast “Crecer con cuentos” aborda todas estas cuestiones e intenta romper el tabú y la mitificación de la muerte para que podamos encontrar la manera más adecuada de transmitirles la realidad a nuestros hijos. Preguntas como: ¿Qué pasará si te vas y me quedo solo/a?, o ¿Dónde irás cuando ya no estés?, pueden ser difíciles de responder. Por eso, Ana Isabel García, psicóloga especializada en niños, adolescentes, familias y adultos, y Ricardo Alcántara, prolífico autor hispano de cuentos para niños, nos darán herramientas para gestionar las emociones de nuestros peques que giran en torno a la muerte.
Responder a «¿Qué es la muerte?»
Antes de dar una respuesta a nuestros peques, es importante que, como adultos, hayamos hecho un trabajo anterior. Preguntarnos qué es para nosotros la muerte, tener claro cómo la entendemos y cómo la afrontamos, así como ser conscientes de si tenemos una buena gestión emocional de ella o no, son pasos claves para poder explicar la muerte a nuestros hijos e hijas.
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No se trata de darles una clase teórica sobre qué es y qué implica la propia muerte o la de nuestros seres queridos. De hecho, la muerte no tiene grandes explicaciones, así que cuanto más directas y sencillas sean nuestras respuestas, mejor. En vez de complicarnos con grandes filosofías e historias que nuestros peques no entenderán, lo ideal es establecer un concepto de la muerte teniendo en cuenta su edad y, sobre todo, su desarrollo cognitivo. Es decir, les podemos dar las primeras nociones sobre la muerte de manera sencilla y sin tapujos y, así, asentar las bases para un concepto que irán desarrollando con los años.
La importancia de las etapas del desarrollo
Hemos hablado de tener en cuenta su desarrollo cognitivo, pero ¿cómo viven el concepto de la muerte en cada etapa del desarrollo? Ana Isabel García explica que hasta los 3 años, los peques pueden entender la ausencia o pérdida, pero no la muerte. Aun así, notan diferencias en los estados de ánimos de los adultos y en sus rutinas y es por ello que es importante ser emocionalmente coherentes. No hay que esconderles nuestros sentimientos, pero podemos intentar mantener sus hábitos, ya que la rutina les ayudará a procesar qué pasa.
De los 3 a los 6 años, es bueno que la persona más cercana a ellos les pueda decir claramente que alguien ha muerto. Sobre todo, hay que aportarles 4 claves sobre la muerte: que es universal (todos vamos a morir), que es irreversible (su ser querido no va a volver), la causa de la muerte y la noción de que el cuerpo deja de funcionar. Si no les aportamos toda esta información, pueden pensar que su ser querido aún les está vigilando o que está de viaje y va a volver.
De los 6 a los 10 años, desarrollan mucho más la idea y el concepto que tienen de la muerte es similar al de los adultos. De hecho, empatizan con el sufrimiento de los demás y suelen hacer preguntas mucho más cercanas. Por último, no podemos dejarnos a los adolescentes, que son los grandes olvidados. Muchos van a necesitar ayuda para superar la muerte de un ser querido y debemos ser capaces de detectarlo y proporcionársela.
El papel de los cuentos
Para todo ello, contamos con unos aliados excepcionales: los cuentos. Además de entretenerles, los escritores crean con sus cuentos un puente entre los peques y la realidad. Les acercan el mundo real y les ayudan a entender sus propios procesos cognitivos, ya que ven sus emociones y pensamientos reflejados en los protagonistas del cuento. Así, son una herramienta fundamental para padres y terapeutas a la hora de ayudar a los más pequeños a gestionar sus emociones.
Aquí os dejamos algunos de los cuentos que nos pueden ayudar a tratar el tema de la muerte. “Tres llàgrimes”, de Ricardo Alcántara y Noemí Villamuza, es una historia entrañable para tratar la muerte de un ser querido, en este caso, la abuela. Otras opciones, són “Es así”, de Paloma Valvidia, que nos habla de los ciclos de la vida; “El corazón y la botella” de Oliver Jeffers, o “El pato y la muerte”, de Wolf Erlbruch.