Las dinámicas de resolución de conflictos para niños son unas actividades ideales para desarrollar la capacidad de convivir con los demás a través del diálogo, la tolerancia y la no violencia. A partir de los 3 años, los niños y las niñas socializan cada vez más y empiezan a encontrarse con más situaciones que no les gustan, así que debemos prepararlos para que sus decisiones sean empáticas y asertivas.
Tanto en casa como en la escuela es inevitable que surjan escenarios conflictivos con los padres, los hermanos, los compañeros de clase o los profesores. Su primera reacción suele ser un enfado que, en algunos casos, se convierte en una buena pataleta.Para hacerles entender que de esta forma no se consigue nada es necesaria una educación en inteligencia emocional, donde las dinámicas y los juegos tienen un papel esencial.
A continuación te presentamos varias actividades para niños y niñas que tienen el objetivo de enseñar a resolver conflictos de una forma creativa.
Atrapa la bandera
Una de las asignaturas en las que mejor se aprende a resolver conflictos es educación física, ya que con juegos como el clásico «Atrapa la bandera» sube la adrenalina y la tensión, así que los pequeños deben controlarse si algo no les gusta incluso cuando están nerviosos.
Hay que dividir el grupo en dos equipos, cada uno de los cuales ubicará la bandera en una punta del espacio de juego. Los equipos designarán defensores, que protegerán su bandera, y atacantes, que intentarán robar la del equipo contrario. El primer equipo que atrape la bandera rival y la lleve a su campo, gana.
Es un juego ideal para niños mayores de 6 años. Por un lado, pone en práctica la importancia de organizarse entre equipos y elaborar estrategias. Por otro lado, se enseña que no siempre se puede ganar y que hay que aceptarlo de forma deportiva.
Los cuentos y las marionetas
La mayoría de historias que contamos a los niños desde pequeños tienen mensajes muy educativos. Para ellos y ellas, es mucho más fácil entender conceptos como la solidaridad, la empatía o la honestidad mediante mediante ejemplos, ya sea en forma de cuentos, marionetas o películas. Son todas ellas formas muy visuales y entretenidas, que hacen que recuerden y entiendan mejor el mensaje..
En MiCuento estamos especializados en cuentos personalizados, en los que el niño o la niña se convierte en el/la protagonista del libro, ¡algo que les llama mucho la atención! Entre todos ellos uno de los más adecuados para usar en resolución de conflictos es El niño que quiso cazar el sol. Cuenta la historia de un niño (o niña, según se personalice) que quiere atesorar el sol para sí mismo. Pero, poco a poco, se da cuenta de que es mucho mejor compartirlo con los demás.
Frío o caliente
Un juego muy fácil de hacer tanto en el aula como en casa es el «Frío o caliente». Consiste en esconder algún objeto y, mientras el niño lo busca, el resto de participantes deben decir si está lejos de encontrarlo (frío) o cerca (caliente). Cuando lo encuentre, se cambian los papeles.
Con esta actividad se pretende concienciar sobre lo bonito y divertido que es ayudar a los demás.
El Sí y el No
Un juego de resolución de conflictos para niños de Primaria que, además, fomenta la expresividad oral y la tolerancia es el «Sí y No». Para jugar hay que sentar a todos los niños y niñas en el centro del aula y colocar un folio con la palabra «Sí» en una punta y otro con la palabra «No» en la otra.
La maestra o maestro deberá decir una frase y cada alumno tendrá que ir hacia uno de los dos puntos del aula en función de si están de acuerdo o no con esa afirmación. Se pueden usar frases como las de estos juegos para trabajar la igualdad de género en Primaria, por ejemplo.
Cuando todos hayan elegido su respuesta, cada uno deberá argumentar su posicionamiento, permitiendo un debate ordenado y calmado. En caso de que alguien cambie de opinión, puede moverse libremente.
Inflarse como globos
La última dinámica que vamos a presentarte tiene el objetivo de enseñar a calmarse ante una situación de conflicto. Los niños y las niñas deben colocarse de pie en círculo y se les explicará que cuando nos encontramos con algún problema es normal alterarse, pero que hay que aprender a relajarse.
A continuación, deberán respirar profundamente, con los ojos cerrados y, a medida que sus pulmones se llenan, ir levantando los brazos como si fuesen globos. Luego, sueltan el aire, se arrugan como globos y se desinflan hasta caer en el suelo.
Una vez repetido y terminado el ejercicio, se les puede preguntar si respirar profundamente les ayudará a relajarse cuando estén enfadados. También funciona contar hasta 10 antes de reaccionar delante algo que no les gusta.
Las dinámicas de resolución de conflictos son muchas y realizarlas con los niños y las niñas desde edades tempranas será muy útil, tanto para el presente como para el futuro.