Relajación de Koeppen: técnica para niños

El estrés o la ansiedad son estados que solemos asociar con personas adultas, pero lo cierto es que pueden afectar en cualquier edad. Los niños y las niñas también tienen este tipo de sentimientos, ya sea porque viven algunas situaciones complicadas o simplemente porque no saben cómo afrontar correctamente sus emociones.

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Educar a los peques en inteligencia emocional es clave para que aprendan a gestionar sus sentimientos de mayores. No es algo que se aprenda de la noche al día ni tampoco una asignatura de la escuela, así que los padres juegan un papel primordial en este aspecto de su educación. Puedes aprender más sobre la gestión de emociones en el primer episodio del podcast de MiCuento, Crecer con cuentos.

Contamos con muchas herramientas, juegos y técnicas que ayudan a los niños a asimilar y reaccionar mejor ante sus emociones. El semáforo de las emociones o el bote de la calma son dos buenos ejemplos. 

En esta ocasión, te vamos a enseñar la técnica de relajación de Koeppen, pensada para que los más pequeños se tranquilicen cuando más lo necesiten.

¿Qué es la relajación de Koeppen?

La relajación de Koeppen es una técnica que tiene como finalidad ayudar a niños y niñas a identificar y controlar sus distintos grupos musculares para aprender a tensarlos y destensarlos. Gracias a eso lograrán relajarse, tanto si se encuentran en un momento de calma, como por ejemplo antes de ir a dormir, como si pasan por un estado de estrés.

Como verás a continuación, los ejemplos que usa la técnica de relajación de Koeppen son ideales para que los peques entiendan qué deben hacer en cada momento, de manera que se trata de una práctica muy fácil de aprender y que puede llevarse a cabo desde edades muy tempranas.

Con estos ejercicios, los niños y las niñas logran un mayor conocimiento sobre su cuerpo, sobre sus emociones y sobre cómo influye el entorno en ellos mismos. Gracias a ello ganarán seguridad y autoestima.

Los 8 pasos de la relajación de Koeppen

Antes de empezar, es necesario explicar a los niños y las niñas que se va a realizar un juego con varios ejercicios que deben realizar en aquellos momentos de su día a día en los que se sientan más nerviosos o agobiados. Elegid un sitio tranquilo, sin ruidos, y poneos cómodos, ya sea sentados o tumbados.

1- El limón, para relajar manos y brazos

Hay que imaginar que se tiene un limón en una mano y se quiere exprimir apretándolo con fuerza. Seguidamente se deja caer y se agarra otro limón con la misma mano, para repetir el procedimiento. Tras hacerlo 3 veces, se cambia de mano y se hace lo mismo.

2- El gato perezoso, para estirar brazos y hombros

Ahora hay que ponerse en la piel de un gato perezoso. Primero hay que estirar los brazos hacia adelante todo lo que se pueda y después levantarlos, llevando la cabeza hacia atrás. Hay que notar cómo la espalda también se estira, para finalmente dejar caer los brazos hacia los lados y sentirlos mucho más relajados.

3- La tortuga, para distender hombros y cuello

A continuación hay que convertirse en una tortuga que está tomando el sol tranquilamente en una roca cercana a un lago. De repente, se siente en peligro y se tiene que esconder dentro del caparazón. Para ello hay que tratar de levantar los hombros hacia las orejas y poner la cabeza entre los hombros. Cuando el peligro haya pasado, se puede salir del caparazón.

4- Un enorme chicle para relajar la mandíbula

En el siguiente ejercicio se debe imaginar que se está masticando un chicle enorme y muy duro. Hay que intentar morderlo, activando los músculos de la boca y del cuello. Tras unos segundos, se debe relajar la mandíbula y apreciar lo bien que se siente al tenerla destensada. Se puede repetir varias veces.

5- La mosca en la nariz

La siguiente invitada es una molesta mosca, que se pondrá encima de la nariz. Para espantarla no se pueden usar las manos, de manera que habrá que arrugar la nariz varias veces con fuerza para que se vaya volando. Cuando se arruga tan fuerte la nariz, las mejillas, la frente e incluso los ojos se ponen tensos.

6- El elefante, para trabajar el abdomen

Ahora el escenario es la jungla, donde el niño o la niña está estirado/a en el suelo. De repente, aparece un elefante que no mira por donde pisa y está muy cerca del peque. No tendrá más remedio que poner el estómago duro como una piedra. Pasados unos segundos, se ve cómo el elefante se va hacia otra dirección y ya se puede relajar el abdomen.

7- La valla, otro ejercicio muy útil para relajar el estómago

Esta vez hay que imaginar que se quiere pasar por el medio de una valla muy estrecha. Para ello es necesario hacerse muy delgado, metiendo la barriga hacia adentro, intentando que toque la columna vertebral. Una vez pasada la valla, se puede relajar el abdomen… hasta encontrarse otra, en la que se deberá repetir el ejercicio.

8- Los pies en el barro

Por último, hay que ponerse de pie e imaginar que se está dentro de un pantano lleno de un barro muy espeso. Primero, se deben empujar los pies hacia el lodo, empezando por los dedos y terminando por los cuádriceps. Una vez dentro, hay que salir haciendo la fuerza a la inversa, empujando las piernas y los pies hacia arriba.

La lectura como momento de relajación

¿Os ha parecido interesante la relajación de Koeppen? Recuerda complementarla con otras actividades como la lectura, que permiten a los peques liberar el estrés y conectar consigo mismos. 

Cuentos como ¿Qué ves en las nubes?, El dragón de las estrellas o Yo y la sorpresa mágica son ideales para que los niños y las niñas dejen volar su imaginación y desarrollen su creatividad. Al ser personalizables, su identificación con la historia es total, de manera que se sumergen dentro de un mundo de fantasía que les permitirá liberar el estrés de su día a día. Así, aprenderán a gestionar las emociones tal y como hacen los personajes de sus libros favoritos.

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