Mindfulness en niños y niñas de educación infantil

El mindfulness, que puede traducirse al castellano como atención plena o consciencia plena, consiste en lograr ser consciente del momento presente y centrarse en lo que está sucediendo «aquí y ahora». Aunque sus orígenes se remontan más de 2.500 años atrás, en la actualidad se está convirtiendo en una práctica muy recomendable para todas las edades.

En nuestra sociedad, hasta los más pequeños viven muchas situaciones de estrés que no saben cómo afrontar. El mindfulness les ayuda a gestionar estos momentos complejos y contribuye muy positivamente a su educación emocional

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A continuación te vamos a detallar todos los beneficios del mindfulness infantil y te recomendaremos actividades ideales para llevar a cabo tanto en casa como en la escuela.

Beneficios de practicar mindfulness en la infancia

Los niños y las niñas que practican mindfulness desde edades tempranas son capaces de:

  • Experimentar un mayor bienestar personal. La capacidad de desconectar la atención sobre una cosa y dirigirla hacia otra resulta esencial para el bienestar de los peques.
  • Aprender a relajar su cuerpo y calmar la mente. Tras practicar mindfulness, están más descansados y calmados y empiezan a ver las cosas de forma más positiva.
  • Mejorar la atención y concentración. En su vida diaria les ayuda a distraerse menos, tener una mejor memoria y contemplar cada escenario desde distintas perspectivas.
  • Trabajar su inteligencia emocional. Les ayuda a ser conscientes de sus emociones y las de los demás, aceptarlas y saber cómo gestionarlas.
  • Aprender habilidades de interacción social. Gracias a una mayor empatía y gestión de las situaciones, los peques son capaces de relacionarse mejor con sus compañeros y resolver de forma eficaz situaciones conflictivas. 

Actividades de mindfulness para niños y niñas de educación infantil

La mejor forma de introducir el mindfulness en los peques es a través del juego. Gracias a actividades como las que te presentaremos seguidamente, los niños y las niñas son capaces de centrar su mente en el presente, que al fin y al cabo es la gran finalidad del mindfulness.

Ejercicios con los dedos de las manos

Durante un minuto, el peque tiene que ir tocándose la punta de la nariz con los dedos de las manos de forma alterna. Primero los de la mano izquierda y luego los de la derecha, así sucesivamente.

A continuación tendrán que tocarse con los dedos las partes del cuerpo que le vayamos indicando, convirtiéndose así en una actividad que también sirve para descubrir el cuerpo humano en edades de 3 a 4 años. Para finalizar, el adulto puede ponerse delante del niño o la niña para que vaya imitando sus gestos.

Leer un cuento en voz alta

Tanto si el niño o la niña ya sabe leer como si es el adulto quien se encarga de la lectura, leer cuentos en voz alta sirve para cumplir con los principios básicos del mindfulness, ya que además de practicar una atención plena permiten tomar conciencia sobre cómo los pensamientos condicionan la manera de actuar y de reaccionar.

Esto se consigue gracias a la empatía que se crea con los personajes. En los cuentos personalizables todavía se hace más evidente, ya que el peque se convierte en protagonista de la historia y vive la aventura en primera persona. Por ejemplo, en libros como El dragón de las estrellas y yo, el niño o la niña acompaña al dragón Dúgul de regreso a su hogar perdido, viviendo una aventura llena de emociones y forjando una estrecha relación con Dúgul.

Mirar a los ojos

Ya sean dos niños o un niño y un adulto tienen que sentarse uno enfrente del otro y tan solo deben mirarse a los ojos. No se puede hablar ni perder el contacto con el otro.

Esta actividad seguro que será complicada de llevar a cabo sin reír a carcajadas, pero también despertará un momento de vínculo afectivo y empatía muy bonito.

Ejercicio de respiración

En la misma posición que el anterior juego, sentados uno frente al otro, hay que preguntarle al niño o la niña cómo se siente. Para que sea lo más preciso posible siempre es útil practicar con actividades para aprender vocabulario emocional.

A continuación hay que pedirle que se relaje y te imite. Deberéis colocar una mano en el pecho y otra en el estómago y respirar hondo. Es importante que el peque note cómo se mueve el pecho y la barriga poco a poco, a medida que va inspirando y expirando. También se puede tumbar y colocar un peluche en la tripa para que vea cómo se hincha y deshincha con la respiración.

Elegir un rincón de la calma

Para terminar, queremos proponerte que el niño o la niña elija un rincón tranquilo de la casa, aquel que le haga sentir más cómodo y seguro. Cuando lo haya escogido, hay que llenarlo de cosas que le transmitan buenas vibraciones, como sus peluches, sus cuentos favoritos, un cojín cómodo, una manta suavecita, su bote de la calma

De esta forma, el peque podrá recurrir a ese rincón para encontrar calma y tranquilidad en los momentos que más lo necesite. Sin duda, será también el mejor sitio para practicar actividades de mindfulness por sí solo.

 

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