Enseñar a los peques el valor del diálogo, la tolerancia y la no violencia para resolver conflictos es una parte fundamental en la educación. Para lograrlo, deben aprender a expresar sus sentimientos, desarrollar su comunicación y potenciar su capacidad de trabajar en equipo.
Tras explicarte las mejores dinámicas que ayudarán a los niños a gestionar sus conflictos, hoy queremos hablarte de algunos juegos para hacer con compañeros de clase para aprender a resolver conflictos de forma civilizada. Son juegos muy lúdicos y con moralejas que valen la pena explicar a los más pequeños una vez terminada la actividad.
Los círculos
El juego consiste en hacer dos círculos de niños y proponer un tema de debate. Este tema puede ser un conflicto real que haya existido dentro del grupo o un asunto inventado.
Los niños deberán hablar con el resto de compañeros de su círculo sobre el problema y deberán elegir un portavoz. Cuando hayan terminado, los portavoces de ambos círculos dirán cuál es la opinión de su grupo sobre el tema. En caso de que las opiniones sean distintas, será muy útil para el maestro o maestra ver cuáles son las actitudes de cada niño, ya que habrá algunos que escuchen, otros que hagan malas caras, otros que interrumpan al que habla…
Esta actividad tiene como objetivo hacer ver a los peques que cada persona tiene sus propias opiniones y que pueden ser diferentes de las de los demás. Así pues, los niños y las niñas deben comprender y respetar la opinión de sus compañeros, aunque sea contraria a la suya. Esto será básico, en un futuro, para aprender a resolver conflictos.
Los juegos de roles
Una forma muy entretenida de trabajar la empatía es mediante los juegos de roles y la dramatización. La actividad consiste en proponer una situación de conflicto. Si dentro del grupo ha existido alguna que haya generado tensiones o peleas, se puede aprovechar esta oportunidad para tratarla.
También se puede inventar una situación hipotética o incluso representar la escena de un libro. Con la ayuda de cuentos personalizables será todavía más sencillo que los peques se vean reflejados en la historia.
La maestra o el maestro deberán explicar a cada niño o niña cuál es la situación y el papel que debe interpretar, casi como si fuera una obra de teatro. Aunque no les guste, o vaya en contra de lo que piensan, deberán ponerse dentro del papel.
Al terminar, se realizará un debate para que cada alumno explique cómo se ha sentido y si gracias a ponerse en la piel de otro ha visto que existen puntos de vista diferentes.
La telaraña
Para este juego se necesita una cuerda muy larga y un espacio amplio, preferiblemente al aire libre. También serán necesarios dos postes o dos árboles que permitan que demos varias vueltas con la cuerda, de manera que entre ellos formemos una telaraña gigante.
El objetivo de esta actividad es pasar al otro lado sin tocar la cuerda en ningún momento. Para lograrlo solo pueden usar la ayuda de sus compañeros, que sí que pueden tocar la cuerda y, de hecho, serán fundamentales para que abran un espacio suficientemente grande para que pase su compañero.
El objetivo de este juego es fomentar la capacidad colectiva de tomar decisiones y resolver conflictos. Los niños aprenderán a confiar en sus compañeros y a valorar la cooperación.