Emociómetro infantil: qué es, beneficios y más

Trabajar la inteligencia emocional en niños y niñas es uno de los grandes retos de la educación infantil. Tanto desde las escuelas como en casa podemos ayudarles a entender sus emociones y los sentimientos de los demás, animarles a compartirlos y buscar juntos la mejor forma de gestionarlos.

La comunicación es clave para reconocer los sentimientos y ayudar a que nuestros hijos crezcan seguros de sí mismos y felices. Por suerte, herramientas como la ruleta de las emociones o el semáforo de las emociones facilitan hablar sobre cómo se sienten y abrirse.

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También son de mucha utilidad los cuentos personalizables, ya que trabajan otro factor clave de la inteligencia emocional: la empatía. Un buen ejemplo es La búsqueda del tesoro, una aventura en la que el niño o la niña se convierte en protagonista y navega por los siete mares en busca del secreto mejor guardado del mundo. Por el camino conocerá sirenas, duendes, ogros y muchos otros personajes fantásticos con sus propios problemas, a los que intentará ayudar de formas distintas, tal y como haría con sus amigos y amigas.

En el artículo de hoy queremos presentarte otra de estas ideas fantásticas para trabajar los sentimientos: el emociómetro, que nos permitirá saber día a día cómo considera el niño o la niña que se encuentra emocionalmente.

¿Qué es un emociómetro para niños y niñas?

El emociómetro es una herramienta destinada a que los niños y las niñas reflexionen sobre sus emociones y las trabajen. El objetivo de la actividad siempre consiste en preguntar al peque cómo se siente y que este pueda expresarlo de forma gráfica.

Existen muchas formas distintas de hacer un emociómetro, ya sea usando pegatinas con caritas que expresen distintas emociones, pinzas con los nombres de los niños y las niñas como se ve en la imagen o incluso programas informáticos.

Fuente: Colegio Las Rozas

Las emociones que se deben trabajar en niños de 3 a 6 años todavía son básicas, como el enfado, la tristeza, la alegría o el miedo. Tanto si se hace en una clase como en casa, la maestra o los padres tienen que dejar que sea el peque quien elija cómo se encuentra sin influir en su decisión y, cuando lo haya hecho, será el momento de preguntarle cosas como:

  • ¿Qué es lo que te hace estar así de contento/a?
  • ¿Qué podrías hacer para no estar tan enfadado/a?
  • ¿Te ha pasado alguna cosa que te hace estar triste?
  • ¿Hay algún personaje de un cuento o película que se sienta así a menudo?

Beneficios de un emociómetro infantil

Educar en inteligencia emocional a los peques es muy importante para construir los cimientos que les ayudarán a afrontar desafíos cuando sean mayores, tanto sentimentales como vitales o laborales. 

Herramientas como el emociómetro les ayudan a reconocer sus propias emociones, entender por qué se sienten de esa manera e intentar gestionarlo, ya sea solos o con la ayuda de otras personas. También fomentan la autoestima al ver que el resto se preocupa por ellos, y sirve para educar en empatía, ya que también hay días en que los demás se sienten enfadados o tristes y pueden ayudarles poniéndose en su piel.

Para padres y profesores, el emociómetro también permite detectar de forma precoz los problemas que tienen los niños y que podrían pasar desapercibidos. Por ejemplo, peques que se sienten siempre tristes o enfadados, así como que muestren cambios constantes de emociones podrían ponernos alerta sobre si están sufriendo problemas en casa o en el colegio.

Ejemplos de emociómetros

Como hemos comentado, hay muchas formas de crear un emociómetro infantil, tanto para clase como en casa. Estas son algunas de las ideas que más nos gustan:

Fuente: Pinterest

Fuente: Pinterest

Fuente: Mi álbum infantil

Fuente: Aprendiendo con Sira

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